La experiencia cercana a la muerte de Benedict Cumberbatch: Un momento decisivo en su vida y su carrera
Benedict Cumberbatch ha interpretado a un superhéroe atrapado en situaciones peligrosas en la pantalla, pero en la vida real, el actor también se ha enfrentado a una auténtica prueba mortal.
En una entrevista reciente con VariedadEl Doctor Extraño se sinceró sobre un aterrador incidente ocurrido en 2004 mientras rodaba la miniserie de la BBC Hasta los confines del mundo en Sudáfrica. Durante un viaje nocturno, Cumberbatch y sus amigos sufren el reventón de una rueda en una carretera desolada. Lo que debería haber sido un simple arreglo al borde de la carretera se convirtió en una pesadilla cuando aparecieron seis hombres armados y los tomaron como rehenes.
El grupo fue atado y obligado a sentarse en una posición similar a la de una ejecución, sin que sus captores les indicaran si vivirían o morirían. Después, tan repentinamente como habían sido capturados, los asaltantes huyeron, dejando a Cumberbatch y a sus compañeros conmocionados pero vivos.
Una nueva perspectiva de la vida
Reflexionando sobre la terrible experiencia, Cumberbatch reveló que ésta alteró profundamente su visión del tiempo y de la fragilidad de la vida.
"Me dio un sentido del tiempo, pero no necesariamente bueno", admitió. "Me impacientó por vivir una vida menos ordinaria, y todavía estoy lidiando con esa impaciencia".
Decidido a tomar las riendas de su vida tras el angustioso incidente, Cumberbatch empezó a buscar experiencias extremas que superaran los límites del peligro.
"El hecho de haber estado a punto de morir le dio un impulso", explica. "Me hizo decir: 'Oh, claro, sí, puedo morir en cualquier momento'. Me tiraba de aviones, corría todo tipo de riesgos".
Sin embargo, cuando se hizo mayor y formó una familia, su actitud ante el riesgo cambió. Ahora, casado y con tres hijos, reconoce que sus responsabilidades han modificado su perspectiva.
"Pero, aparte de mis padres, no tenía a nadie a mi cargo. Ahora eso ha cambiado, y eso te pone sobrio", dice. "He mirado por encima del borde; eso me ha hecho sentir cómodo con lo que hay debajo. Y he aceptado que ése es el final de todas nuestras historias".
Actuación, emociones y dibujo del natural
Durante la entrevista, Cumberbatch también reflexionó sobre su oficio, en particular sobre su capacidad para expresar emociones profundas mientras actúa. Su Marvel Tom Holland, su compañero de reparto, le atribuyó en una ocasión el mérito de haberle enseñado a llorar cuando se le pedía, una habilidad que Cumberbatch atribuye no sólo a la técnica, sino también a la experiencia vital.
"Existe ese método, pero es un error pensar que se puede forzar. Es un callejón sin salida", explica. En cambio, cree que la verdadera profundidad emocional procede de una combinación de recuerdos personales e imaginación.
"Tienes que poner tu mente en algún sitio para poder responder al momento. Y eso puede significar recurrir a la historia de tu propia vida o simplemente a tu imaginación", explica.
Para Cumberbatch, sus propias experiencias -incluidos el dolor, la pérdida y el trauma- le han convertido en un actor con más matices.
"Es más difícil cuando eres muy joven. Tengo 48 años, así que he vivido mucho", señaló. "He experimentado pérdidas, he experimentado dolor, he experimentado algunas de las peores cosas, así como las mejores".
Una vida alimentada por la experiencia
La experiencia cercana a la muerte de Cumberbatch es algo más que un recuerdo inquietante: se ha convertido en un momento decisivo que ha dado forma a su enfoque de la vida, la familia y su carrera. Tanto si se arriesga por la emoción de estar vivo como si canaliza la cruda emoción en sus interpretaciones, lleva consigo las lecciones de aquella noche en Sudáfrica.
Aunque sigue interpretando papeles heroicos en la pantalla, está claro que sus mayores batallas -como las de muchos de nosotros- las ha librado fuera de las cámaras.